domingo, 29 de noviembre de 2009

Chorradas para abultar

Pues hoy me dió por empezar un fic!!! Y como tengo que actualizar lo cuelgo aquí ^^ Ya me drireís si os gustó.

Caminando a través de la calle estrecha y discreta del teatro Claire’s rêve me encontré sumida en mis propios sentimientos y pensamientos, y antes de darme cuenta, el tiempo corrió delante mío y me desperté.

Me encontré entonces dormida en mi mecedora. Mis manos arrugadas y deformadas, aferradas con fuerza a un manto de punto que cubría mis piernas me devolvieron a la realidad. Dejé de estar en el viejo callejón de Port Lune y aparecí en el ático de la vivienda número 52 de la calle Waghler en Vasnier. Pero yo no era la misma anciana que había sido tan solo unas horas antes, algo en mi se había desertado.

Me levante de mi mecedora y me dirigí a la habitación de invitados, al gran baúl de madera y piel en el cual guardaba mis viejos recuerdos en una lata de latón que décadas atrás había contenido un delicioso surtido de galletas. Rebusque entre los amarillentos papeles, las fotografías en blanco y negro hasta encontrar el sobre que había temido durante tantísimos años. Lo cogí cuidadosamente, tal vez con miedo a que se rompiese, o se deshiciese en mis manos, a lo mejor por miedo a que se escapase de él lo que representaba, todo lo que encerraba.

Con el sobre en la mano, me dirigí al sofá de la salita de té. Me senté, no sin la torpeza que desde pequeña habituaba a tener para sentarme en sofás bajos. Cogí el abrecartas que tenía más cerca, uno con unas pequeñas perlas engarzadas en la parte superior, y con suma paciencia y cuidado lo abrí. Al levantar la tapa del sobre un olor a cerrado a viejo penetró en mí. Aquello me recordó lo vieja que era y que tal vez ese era el último año que me quedaba para vivir y para recordar lo vivido. Saqué aún con más cuidado del que había mostrado al realizar las operaciones anteriores el papel de dentro del sobre. La partitura estaba muy amarillenta y doblada, pero aún así me trajo viejos recuerdos a la mente.

Desdoble la partitura sin cuidado alguno, creo que invadida por mi espíritu de joven, por la Nadia que siempre me ha gustado creer que seré siempre. Una Nadia impulsiva e impaciente. Me quede contemplando las notas, revisando la mano izquierda, la derecha, la armadura, el matiz, revisando todo. Y al terminar de revisarlo una y otra vez, y de recordarlo, y de tocarlo en el aire, me levante con la torpeza propia de la gente de mi edad para levantarse de sofás bajos y me dirigí al piano de estudio que me había comprado mi difunto marido para que pasase el tiempo mientras los niños iban a la escuela y él trabaja hacía ya más de 40 años atrás y coloqué qué la partitura en el atril.

Al terminar la nana, lloré como no recordaba haber llorado en al menos 60 años. Volvía a sentir cerca los sentimientos de cuando tenía 18 y 20 años, volvía a ser inmadura y al parecer, con un capricho propio de una niña de 5 años, mi memoria empezó a funcionar bien desde que tenía 24 años.

2 comentarios:

Sheikiah dijo...

Jo(pausa dramática)der.
No es la primera vez que escribes uno de estos, ¿no?
Se nota.
Por cierto, esto la historia de una anciana que vuelve a vivir lo que le pasó en su juventud, o eso he pillado yo.
PD: Yo también soy torpe en lo que a sofas bajos se refiere.

nonoko_hanajima dijo...

Realmente creo que solo he completado un onshot-fic, los demás fica se quedaron todos a medias. Pero este fic es especial porque trata de la idea que se me ocurrió para un libro y va ser más en plan libro XD La verdad no sé si es el primer fic bueno que escribo o no XDDD