Como me volví friki

Pues érase una tarde de Mayo, en el que me pasó algo importante, algo que me influyó hasta tal punto de que si no me hubiera pasado no estaría como colaborador de este blog. Desde ese momento yo ya era un friki. Otra cosa es que supiera decirlo. El acontecimiento en cuestión fue mi nacimiento.

Con esto quiero decir que soy friki desde que recuerdo y desde antes también. Crecí con la animación de la Bomba Atómica del Encarta, me divertí desde pequeño con el Revolt y el Worms y me tiraba viendo los animes de la tele como el que más. Claro que todo tiene fases. Y tomé conciencia de que lo era cuando descubrí que la gente no mete "Control+Alt+Supr" cuando se jode el ordenador, sino que gritan "¿Ahora que has hecho!" mirándome.

De alguna manera, creo que pasé a ser un friki respetable al empezar a preguntarme si me había despertado y si había soñado que me había despertado, y más MindFuck de esos.

Como resultado de mi naturaleza friki (mira, como los Pokemons) tengo habilidad de dibujar (mal), de programar (poco y mal) y de entender un poquito de japonés (de hablar y escribir mejor ni hablamos). También abuso de los paréntesis (hasta el punto de quitarme un punto en un examen de lengua), de los videojuegos y de los animes. Como todo friki que se precie.

Y de vez en cuando me quedo escuchando una canción una y otra vez hasta las tres de la madrugada, pero eso es... normal, ¿no?